Cuando era una joven adulta, la Hermana Verónica Castro Nolasco, MSBT, reconoció un deseo de ser parte de la misión de la Iglesia. Se sintió profundamente conmovida por los ejemplos de ministerio activo y apostólico en su parroquia de origen, especialmente por la caridad de su sacerdote, el Padre Aurelio. Después de reconocer este deseo de servir a Dios y a su pueblo, la Hermana Verónica comenzó a asistir a retiros de discernimiento con la comunidad MSBT en Chimalhuacán, México.
En uno de estos retiros, la Hermana Verónica recibió un libro sobre el fundador de la Familia del Cenáculo Misionero, el Padre Thomas A. Judge. La vida del Padre Judge y el carisma de la Familia del Cenáculo Misionero, que consiste en preservar la fe, servir a los pobres y abandonados, y empoderar a todos los católicos para ser misioneros en su vida cotidiana, resonaron profundamente en ella. Se sintió especialmente identificada con la idea de que un individuo no necesita tener una profesión particular para servir a Dios. Más bien, había visto en su propia comunidad que eran los dones específicos otorgados por Dios a las personas los que eran fundamentales para satisfacer las necesidades de los demás. La Hermana Verónica descubrió que el carisma de las MSBTs se alineaba con su propio deseo de una vida activa y apostólica.
El acompañamiento fue crucial en el proceso de discernimiento de la Hermana Verónica. Después de asistir a varios retiros con las MSBTs, la Hermana Verónica comenzó a hablar frecuentemente con la Hermana Olivia Montejano, MSBT. La Hermana Verónica explica que tener una conexión personal con la Hermana Olivia “abrió ventanas” para ella. En sus conversaciones con la Hermana Olivia, pudo ver con mayor claridad cómo podría comenzar el discernimiento, cómo sería la vida en comunidad y la espiritualidad y misión únicas de una MSBT. Recuerda que la Hermana Olivia fue intencional al acercarse a ella y pudo responder a sus preguntas.
Después de su período de discernimiento, la Hermana Verónica ingresó a la comunidad como Candidata y comenzó a vivir y trabajar junto a las MSBTs en México mientras estudiaba. Luego vino a los Estados Unidos para continuar su formación en Barrington, NJ y Filadelfia, PA. Hizo su primera profesión en marzo de 2021. Actualmente, la Hermana Verónica reside en México y sus ministerios incluyen trabajar en un Centro de Escucha y apoyar Proyectos de Negocios Justos en una parroquia en San Marcos.
En el Centro de Escucha, la Hermana Verónica está allí para recibir a personas que necesitan ser escuchadas, típicamente aquellos con adicciones o sus amigos y familiares. Si bien proporciona recomendaciones de servicios cuando puede, el papel principal de la Hermana Verónica es ser una oyente compasiva para escuchar a estas personas y sus historias.
Además del Centro de Escucha, la Hermana Verónica ha facilitado un proyecto de negocios justos para apoyar la salud y el bienestar financiero de la comunidad en San Marcos. La idea detrás de estos proyectos es ayudar a los miembros de la comunidad a iniciar pequeños negocios sostenibles. Uno de los esfuerzos recientes ha sido la fabricación y venta de bocadillos saludables en la comunidad. Este ministerio en particular es donde la Hermana Verónica descubre que Dios la sorprende todos los días. Ingresó a este ministerio sin saber cómo funcionaría, pero ve a Dios manifestándose en todo. Él está proporcionando a las personas talentos y habilidades únicas para servir a la comunidad a través de este proyecto. Le ha recordado las palabras del Padre Judge que inicialmente la atrajeron a la vida de una MSBT: “Si es la obra de Dios, continuará; de lo contrario, que perezca.”
La Hermana Verónica anima a las personas que están discerniendo a investigar el carisma de diferentes comunidades. En su propio discernimiento, fue crucial para ella entender cómo el carisma específico de la Familia del Cenáculo Misionero resonaba profundamente en ella y en su deseo de servir. En palabras de otra MSBT, una comunidad y un carisma son adecuados para ti cuando “se siente como en casa”. La Hermana Verónica también recomienda conectar con alguien que te acompañe en tu camino. Como lo hizo la Hermana Olivia por ella, un mentor puede apoyarte respondiendo preguntas, preguntando sobre tu proceso de discernimiento y compartiendo el viaje contigo.”
